Cesa el terremoto en TVE que tanto ha dado que hablar
Cesa el terremoto en TVE, al menos hasta nuevo aviso. El mundo político y de la televisión en España, ha sido sacudido por un terremoto con el anuncio oficial del fichaje de David Broncano por la cadena pública TVE. Este movimiento, que ha generado un intenso debate tanto en los círculos mediáticos como entre el público en general, confirma la llegada del popular presentador para las dos próximas temporadas, con un contrato que asciende a la asombrosa cifra de 14 millones de euros por cada una de ellas, totalizando así una inversión de 28 millones de euros provenientes de las arcas públicas.
La noticia no ha estado exenta de controversia, especialmente debido a las circunstancias en las que se ha llevado a cabo la negociación y aprobación del fichaje. En un contexto marcado por la ausencia reiterada de Elena Sánchez, expresidenta interina de TVE, en las reuniones del Consejo de administración, la decisión de incorporar a Broncano se ha tomado con el voto de calidad de Cascajosa. Resulta llamativo que, en la reunión previa, Sánchez no solo no estuvo presente, sino que tampoco delegó su voto, a pesar de haber manifestado previamente su intención de votar a favor de las condiciones negociadas por su Alta Dirección.
El proceso de aprobación del fichaje ha sido todo menos sencillo
Requiriendo hasta cuatro intentos para alcanzar un consenso en el Consejo de administración de RTVE. Sin embargo, este mismo órgano también ha aprobado otras decisiones relevantes en el ámbito de la programación televisiva, incluyendo la adquisición del formato «That’s my jam», presentado por Arturo Valls, así como la renovación del exitoso concurso «El Cazador».
Además del impacto económico, el fichaje de Broncano también plantea interrogantes sobre el rumbo y la identidad de TVE como servicio público. ¿Se trata de una apuesta por la calidad y la diversidad en la programación, o más bien refleja una estrategia centrada en la captación de audiencia a cualquier precio?