El programa ‘Los Iglesias: Hermanos a la obra’, protagonizado por Chábeli y Julio Iglesias Jr., ha sido objeto de críticas no solo por su escasa audiencia, sino también desde el seno de la propia TVE. Durante la emisión del programa ‘Lazos de sangre’ el pasado miércoles, la periodista Marta Nebot utilizó el formato de los hermanos Iglesias como ejemplo de los «enchufes» en la televisión, un fenómeno que, según ella, se justifica únicamente por el apellido famoso de sus protagonistas.
«En las familias se puede tratar de arropar a las personas y acompañarles en lo que quieran hacer, siempre y cuando tenga algún sentido. Y voy a los Preysler, por ejemplo, perdonadme», comentó Nebot, pidiendo disculpas por usar el formato de Chábeli y Julio Iglesias Jr. como referencia. «Se ha intentado por activa y por pasiva que presenten cosas en televisión con un éxito, digamos, cuestionable…», añadió, señalando los esfuerzos de TVE por hacer funcionar el programa a pesar de sus bajos índices de audiencia.
Jordi González, presentador de ‘Lazos de sangre’, intervino para respaldar la crítica de Nebot, calificando de «incuestionable» el fracaso del programa en términos de audiencia. Nebot continuó su intervención subrayando el descontento del público: «Desde casa todos los que lo estábamos viendo, estábamos pensando ‘¿por qué dan programa a los hijos de estos señores?'». Concluyó su argumento afirmando que «tienen los apellidos que tienen y alguien cree que el talento se hereda. Pero el talento no se hereda y los enchufes no siempre funcionan porque si no das, no das».
El debate de ‘Lazos de sangre’, que siguió a una entrega documental con un 7.1% de cuota de pantalla en La 1, también contó con la participación de Valeria Vegas, Gonzalo Miró, Luz Sánchez-Mellado, Isabel González y Nacho Montes. Todos ellos abordaron la problemática de los hijos de famosos que intentan labrar su propio camino en el mundo del entretenimiento sin depender de la fama de sus padres.
Las críticas internas reflejan una creciente preocupación en TVE por la calidad y la recepción de sus programas, y ponen de manifiesto las dificultades que enfrentan algunos proyectos televisivos a la hora de conectar con la audiencia, independientemente de la fama de sus protagonistas.